sábado, 9 de octubre de 2010

La reforma de las pensiones es inaplazable: la cuestión es cómo

La senda reformista que emprendió el Gobierno de la nación, después de que "los mercados" (fondos de pensiones, de inversión, etc) le recordaran el primer concepto que se estudia en primero de Economía, esto es, el concepto de "Restricción presupuestaria", o lo que es lo mismo: que el dinero no es infinito ni la capacidad de endeudamiento tampoco, centra la actualidad sobre la Reforma de las Pensiones. Un tema ciertamente peliagudo, el cual debe abordarse en el marco del Pacto de Toledo. El Gobierno tiene la responsabilidad de liderar el cambio pero aquí cada partido debe retratarse. No olvidemos que el 58% del gasto de los Presupuestos Generales del Estado 2011 irá destinado a gasto social. Por tanto, esta partida "se come" más de la mitad y limita las posibilidades de inversiones productivas del Estado en otras materias, por ejemplo para crear empleo (infraestructuras, etc). Sin embargo, lo primero es lo primero, y aplaudo que el Ejecutivo lo vea igual. La paz social es necesaria para todo lo demás.
Nuestro sistema de pensiones está basado en lo que técnicamente llaman "Sistema de Reparto", es decir, es un sistema basado en la solidaridad intergeneracional donde la población en edad de trabajar (de 16 a 64 años) cotiza a la Seguridad Social para abonar las pensiones de los jubilados al tiempo que los trabajadores devengan el derecho a recibir una pensión cuando les toque jubilarse a ellos. Si tenemos en cuenta el gráfico de abajo, podemos apreciar que cada vez hay menos personas en edad de trabajar para sufragar un colectivo de jubilados creciente, básicamente porque las cohortes de los años 60 y 70 fueron un baby boom.
Por tanto, mantener el sistema solidario actual requiere de una revisión que ha de pasar necesariamente por las siguientes posibles soluciones, cada una de las cuales tiene costes económicos, sociales y políticos:
  1. Incrementar la presión fiscal (las cotizaciones) para que el Estado recaude más
  2. Rebajar el importe de las pensiones modificando la regla de cálculo
  3. Aumentar la natalidad
  4. Alargar la edad de jubilación
  5. Congelar las pensiones
  6. Evitar jubilaciones anticipadas



Actualmente, la regla para calcular el importe de la pensión de alguien que se jubila al cumplir los 65 años, solo tiene en cuenta su vida laboral (bases de cotización) de los últimos 15 años.
A tenor de la información de la que se hacen eco los medios de comunicación, parece que el debate en el seno del Pacto de Toledo se está centrando en aumentar el número de años a tener en cuenta para calcular el importe de la pensión, pasando de 15 a 20 o 25 años. Es decir, que se están centrando en buscar una fórmula que permita reducir el importe de las pensiones, dado que normalmente son los últimos años laborables los que más altas cotizaciones tienen los profesionales que han ido progresando laboralmente (esto no es siempre así, pero podemos asumirlo como un escenario realista).
La otra de las medidas parece que apunta a retrasar la edad de jubilación de los 65 a 67 años al estilo francés, solo que allí ha pasado de 60 a 62.
Lo que ya está en marcha es la congelación de las pensiones contributivas para el año 2011 y cada vez el Estado es más puntilloso con las jubilaciones anticipadas.

En mi opinión no hay un modelo perfecto ni justo del todo. Se debe aprovechar la reforma para garantizar la solidaridad con los más necesitados pero también con los trabajos más duros. Asimismo, hay que premiar a los profesionales que más han aportado al sistema sobre la base de su esfuerzo. En definitiva, propongo un enfoque global que combine medidas a corto y largo plazo para garantizar la viabilidad del sistema, tales como las siguientes, en respuesta a las posibles soluciones mencionadas anteriormente:
  1. No subir las cotizaciones sociales pues tiene un impacto negativo sobre el empleo (el incremento del coste laboral desincentiva la contratación)
  2. Tener en cuenta el conjunto de la vida laboral de cada contribuyente para calcular su pensión. Creo que es la mejor manera de valorar el esfuerzo y contribución personal que cada individuo ha tenido con el conjunto de la sociedad a la que pertenece.
  3. Presentar un paquete de medidas de apoyo a las familias en edad de procrear en aras de lograr la tasa de reemplazo (2,1 hijos por mujer). Esto solo se puede conseguir a largo plazo (dejando la política de inmigración a un lado), pues al final es decisión de cada pareja, sin embargo, se puede incentivar (la gente no debe verse obligada a no poder emanciparse hasta no haber pasado de los 30 años, por ejemplo).
  4. Alargar la edad de jubilación pero de manera selectiva (no es lo mismo estar en un andamio que en una sucursal bancaria). Además, solo si es estrictamente necesario pues esta medida impacta negativamente sobre la incorporación de los jóvenes al mercado de trabajo (como siempre en Economía cuando se toca un parámetro se afectan a otros muchos; y no hay modelo económico que prediga las consecuencias claramente porque es una ciencia social...)
  5. Congelar las pensiones: esta es solo una medida coyuntural en caso de emergencia nacional, no una reforma del sistema en sí mismo.
  6. Es necesario que solo se jubilen anticipadamente aquellas personas que por la penuria de su tipo de trabajo realmente lo necesiten. Habría que analizarlo a fondo.
En definitiva, que en la próxima Reforma Laboral nos jugamos el saber conciliar los intereses de todos los ciudadanos con la solidaridad intergeneracional. Y de paso que nos ayude a salir de la crisis porque ninguna reforma será suficiente si no logramos crear empleo para que haya más cotizantes que aporten a las arcas del Estado. Confiemos en que nuestros dirigentes estén a la altura de las circunstancias.
Finalmente, como dijo Solbes hace unos años en su primera etapa de Ministro de Economía con Felipe González: "Es buena idea irse abriendo un Plan de Pensiones". Esto el que pueda, claro.

6 comentarios:

  1. Pero. ¿No habrá herramientas "Matemáticas" o "Estadísticas" de hacer previsión sobre los gastos en pensiones en el futuro?
    Sinceramente, no sabemos que puede pasar mañana, cuanta gente puede entrar a trabajar o que paro puede haber pero la estadística nos debería dar unos números muy indicativos a lo que nos vamos afrontar en base a varios escenarios. Posteriormente aplicar las soluciones que planteas me parece muy correcto. Aquí las herramientas nos deberían seguir ayudando. Supongo que digo algo obvio y que ya se estará teniendo en cuenta pero ¿por qué no se muestran?

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  2. Muy buen artículo, sí señor, me ha gustado mucho. Muy riguroso, yo siempre me pongo catastrofista y añado que si el superávit de las pensiones ha bajado un tercio este año, quedan sólo dos años más para que sólo quede una opción, endeudarse aún más para hacer frente a los pagos. Lo malo es que al parecer ya estamos endeudados hasta las cejas.

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  3. Partes en tu análisis del concepto de restricción presupuestaria que, como bien dices, es un principio básico de la teoría económica. Pero tienes que tener en cuenta que en este caso debe aplicarse de manera dinámica porque las pensiones son un problema económico intertemporal, y no estática, como se enseña en primero de carrera cuando se estudia el equilibrio del consumidor. Si lo miras así, te encuentras con otro modelillo económico básico que es el del consumo intertemporal, es decir, que si nos sacrificamos en el presente consumiendo menos para invertir más en las cosas importantes, podremos consumir más en el futuro, yendo más allá de los límites de nuestra restricción presupuestaria inicial.

    He soltado este rollo para decirte que echo en falta en tu menú de posibles soluciones una que a mí me parece fundamental: aumentar la productividad.

    En otras palabra: si sabemos que por motivos demográficos cada vez va a haber más gente cobrando la pensión más tiempo, la mejor solución para mantener el nivel de vida actual de los pensionistas es que cada una de las personas que trabajen estos años cada vez produzcan más. Y la única manera de lograrlo es disponer de un sistema educativo en continua mejora para que quienes trabajan cada hagan las cosas mejor (con mayor calidad, innovando más y en menos tiempo).

    Conclusión: como sigamos estando a la cola de la OCDE en gasto en educación y del informe Pisa en resultados educativos, vamos dados. Las medidas que propones serviran para salvar algo que se seguirá llamando sistema de pensiones, pero que no se parecerá al actual (ni por cuantía, ni por cobertura de las prestaciones) ni en pintura.

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  4. (éste era otro Carlos, desde Washington DC)

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  5. Estoy muy de acuerdo con tu planteamiento sobre el problema de productividad y modelo educativo que sufre España. Tal vez deberíamos comenzar por el modelo productivo que queremos potenciar entre los emprendedores y el sistema educativo que requerimos para formar a la mano de obra. Todo es intertemporal, claro que sí. Tampoco así la renta es infinita. Siempre hay que elegir. Y elegir, es renunciar.

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  6. Estoy de acuerdo contigo con que los recursos son limitados. Por eso también hay que ponerse de acuerdo sobre el sistema educativo que se quiere construir. Por ejemplo, para mí debe ser, más que un instrumento de inserción laboral, la base sobre la que cada persona pueda (y quiera) seguir aprendiendo a lo largo de la vida. No sólo para hacer frente a los problemas del mercado de trabajo, sino para poder adaptarse lo mejor posible a todos esos cambios que, queramos o no, nos van ocurriendo a lo largo de la vida. Un sistema educativo serio supone invertir muchos recursos durante años y esto, en mi opinión, sería mucho más rentable en el largo plazo para la sociedad que muchas otras reformas que se plantean frecuentemente. Pero esto sí que es otro debate que va más allá del del sistema de pensiones.

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